lunes, 16 de septiembre de 2013

Mi querida V-Star 250, la fiel azulita que se fue


Hace 20 años que no andaba en moto, antiguamente tenía una CBR400 en la que compre más de un terreno, en especial en los cruces y semáforos, porque el motor se apagaba si bajaba de revoluciones y algunas veces no alcanzaba a coordinar bien mi detención, entre frenar, acelerar y poner la punta del pie... Todo un malabarismo...

Bueno, el problema del acelerador no era tanto como del piloto... Pero realmente disfrute mucho de mi motito.  Finalmente se la vendí a un Primo que término de matar al trabarle el motor, seguramente por exceso de mantención o por excesiva calidad del aceite.  Aunque mi primito andaba a la cresta en la moto como si fuera de 1.000 cc, y era sólo de 400cc...

Luego me case y deje la vida de las motos hasta el año pasado, en noviembre me regale mi azulita 250...  Todos me decían que me iba a quedar chica, que la iba a cambiar ligerito, pero la verdad es que no pasaron 20 años en vano, y ahora más viejo quise partir de a poco.

La primera noche en que me llego mi azulita, nueva de paquete, era un verdadera hermosura.  Sin embargo, estaba con el brazo quebrado por lo que quedo estacionada unos 56 días hasta que me atreví a levantarla.  Es extraño esperar tanto una moto y mientras esperas quebrarse el brazo en una escúter por PAVO, o como dijo mi hijo "te caíste por pavo”…

Bueno, una vez que la pude enderezar sin dolor, a pasear se ha dicho...

Por Quintero un día de invierno, con llovizna y mucha humedad, pero voy equipado al hueso!!!, nada de frio...

Viajes desde Quillota a Salamanca, por la costa, por la cordillera, por la costa, a Cabildo, a Putaendo, al trabajo todos los días que pude hasta que el frio y la lluvia me lo permitieron y al cabo de menos de una año, ya le tengo hecho 5.000 km.

En resumen, económica más que la ninguna, a 100-120 da entre 33-35 km/lt y en ciudad baja a 30 km/lt.  Ningún problema de mantención, la cadena no se estira ni nada, pero hay que lubricar cada 250 km porque si no empieza a sonar raro (más o menos cada dos llenadas del estanque).

Lo negativo, la autonomía de 200 km en promedio me obligaba a rellenar o repostar a las 100 millas del odómetro, lo que en viajes largos es medio complicado y que en la ciudad implica ir todas las semanas a rellenar o en mi caso, comprarme un estanque copec de bencina (los rojos) de 20 lt y estar dispuesto a repostar cada 100 millas.

Mi hijo arriba de mi moto, fue el primero en oponerse a la venta de la moto, a él le gustaba el color y que podía manejarla -según él- sin problemas.  Al fondo mi camioneta (para los weones enlatados que me apuraban en la carretera!!!!)

 
 

Lo otro, y que mis primos y conocidos tenían razón, en ciudad impeque, en carretera, UFFFFF otra cosa. El motor de 250 me pasa la cuenta en:
- Las cuestas y subidas, donde llegar a 100 km/hr es casi un sueño, en 4ta acelerando a fondo con el motor a máximo, no puedo, todos me pasan y si voy con colegas en moto, se alejan en el horizonte...
- Si voy a adelantar a algún camionero, para huir del peligro!!!, voy en plena faena y los malditos en auto se pegan empujando como si mi azulita fuera más rápido!!!!.  He sido conductor de autos y camionetas toda mi vida, y nunca me habían pillado estos weones enlatados. 

Al cabo de 8 meses, la puse a la venta!!! y comencé los tramites con los eficientes de Yamaimport para esperar que llegue mi motito.  Tenia la esperanza de vender mi moto rápidamente y que me llegara mi nueva máquina en breve.  Obvio, mi azulita se vendió en 3 días y mi moto nueva tenia fecha para un mes más!!!

Paseando por la ruta cordillerana de Cabildo a Salamanca, en la zona de Tilama.  Buen paseo hasta el último túnel, de ahí la calamina molesta hasta casi llegar a Salamanca, me hizo falta una XR250 o alguna cosa parecida, mi pobre moto sufrió y Yo también...


Nótese mi súper alforja (la mochila de  mi hijo).

La puse a la venta en $2.600.000.- y la vendí en $2.500.000 al Marco de Lampa, donde finalmente se quedo mi moto.  Igual la vendí nuevita y con las mantenciones en Yamaha y hasta con garantía.  Pero lo que más ciento, es que la vendí y me quede sin moto todo agosto y los días estaban más ricos para pasear...

La última foto que le saque a mi motito, ahora con su nuevo dueño, el Marco de Lampa.  Se nota la felicidad del nuevo dueño...

Yo por otro lado, sólo se ve mi bota, mi cara, bueno ese era el adiós a la moto que me permitió volver al mundo que tanto me gusta, a hacer equilibrio!!! a esquivar a los weones de los autos que no saben manejar ni respetar, a los peatones que no ven mi casco amarillo fluor!!!, a manejar en moto y olvidarme de todo, sólo manejar mirando todo lo que pasa y lo que puede pasar en torno a mi y mi moto.










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